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jueves, mayo 2, 2024

¿Alcanza con recortar salarios?

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Políticos, periodistas y, al parecer, la sociedad en general, exigen el fin de los salarios de privilegio en la función pública. Pero, ¿Cuántos funcionarios públicos tienen salarios exorbitantes? ¿Cual es incidencia real del recorte?

Desde las salas de redacción y programas televisivos y radiales se azuzan a diario emotivos discursos que hablan sobre el fin de los privilegios de los estatales. Se plantea, incluso, que el excesivo salario que paga el Estado a sus empleados es la causa de los retrasos en áreas tan importantes como la salud o la educación públicas.

Lo cierto es que algunos políticos están aprovechando la situación de emergencia sanitaria para cosechar algunos votos extras para las próximas elecciones. Por eso, teniendo en cuenta el momento de pánico y temor en que vive la ciudadanía actualmente, estos cargan en contra del salario de los funcionarios públicos.

Vayamos por parte. ¿Es ineficiente el Estado a la hora de invertir sus recursos en mejores servicios? Es probable que lo sea.

¿Existen salarios de privilegio en la función pública? De seguro que sí.

¿Son los salarios públicos la causa de la falta de recursos  del Estado para invertir por ejemplo en salud? Definitivamente no.

Paraguay es un país con presión impositiva bajísima, casi a los niveles de un paraíso fiscal. Por supuesto, al tener pocos ingresos no es esperable que se tengan servicios públicos de calidad.

Pero ahora que estalló una pandemia y la ciudadanía exige que la sanidad pública esté en condiciones de hacer frente a la situación, todos nos damos cuenta de que los servicios de salud no dan abasto, ya que no existen recursos genuinos del Gobierno para invertir en los hospitales públicos.

En este sentido, recordemos que fue necesario endeudar al país para obtener más recursos.

A la hora de buscar a los responsables del atraso en sanitario que vive nuestro país, generalmente se señala a los funcionarios públicos como portadores de privilegios inmorales. Sin embargo el escenario es más complejo.

Pasemos a hacer un análisis de los “privilegios” denunciados últimamente a boca llena por varios sectores. Observemos el gasto público en salarios, el cual se divide de la siguiente manera: Fuerzas de seguridad (policías y militares) se llevan el 20%; a educación corresponde un 32%; la salud se lleva el 17%; los salarios de funcionarios dependientes del Poder Ejecutivo se llevan un 8%; los del Poder Legislativo un 2% y los del Poder Judicial un 11%, mientras que el restante 10% se divide en otras áreas.

Si sacáramos a los funcionarios cuyas labores son aquellas que hacen a las funciones insustituibles del Estado –seguridad, salud y educación- y nos centráramos solamente en las funciones más administrativas (por llamarlas de alguna forma), es decir, Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sin incluir a las binacionales por supuesto, encontraríamos que ocupan un 21% de los salarios públicos.

Ahora ahondemos en esos salarios.

El periodista de ABC Color, Roberto Sosa, publicó en su cuenta de Twitter un cuadro comparativo de los salarios que ganan los funcionarios de estos poderes del Estado.

En el Poder Ejecutivo y en el Poder Judicial, la amplia mayoría, rondando la mitad y mas, percibe 2 salarios mínimos, mientras que menos de 1% del plantel de funcionarios recibe una remuneración mayor a Gs. 20 millones, que es lo que de alguna manera podría considerarse como salario de privilegio.

Solo el Poder Legislativo es que el tiene una mayoría (844 personas) cobrando de 5 a 9 salarios mínimos, es decir hasta Gs. 19.735.551.

Para dejar en claro, de los 2.563 funcionarios del Legislativo, menos de 1% cobra un salario mínimo; el 21% cobra hasta 2 salarios mínimos; el 20% hasta 3 salarios mínimos; el 33% citado es el que percibe entre 5 y 9 salarios mínimos, mientras que un 3% tiene por salario más de 10 salarios mínimos.

¿Cuál es el porcentaje del PBI que aumentaría recortando el salario de 200 personas, o en todo caso, a todos aquellos que ganen más de 10 salarios mínimos, incluyendo binacionales?

Sin dudas que existen problemas en el gasto público, pero empezar a recortar beneficios a todo funcionario público, incluso a aquellos que lo merecen, no es otra cosa que mirar al costado para no reconocer la problemática de este país.

Es el chivo a ser sacrificado con el que se van a expiar las culpas de los grandes sectores concentrados de la economía que no pagan impuestos pero exigen los recortes para otros.

Y si hay que reconocer una cualidad en la parasitaria patria evasora de este país, es que tiene la capacidad de desviar la atención y enfrentar entre sí a paraguayos de clase media baja –porque finalmente un altísimo número de funcionarios públicos pertenecen a estas clases- olvidando que son otros los que utilizan nuestros recursos naturales, evaden impuestos y reciben millonarios recursos por publicidad en sus medios.

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