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lunes, mayo 6, 2024

De guerras y sus dioses

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Nuestro nuevo colaborador cultural, Paranaländer, comienza su participación en El Trueno con una reflexión sobre la omnipresente guerra de la Triple Alianza, hecho histórico cuyas consecuencias fueron, además de la enorme pérdida para Paraguay de vidas humanas, de trascendencia geopolítica.

Por: Paranaländer

La guerra paraguaya puede considerarse mejor como parte de la integración de la cuenca del Río de la Plata a la economía mundial británica: Argentina, Uruguay y Brasil, con el rostro y la economía vueltas hacia el Atlántico, obligaron a Paraguay a apearse de la arrogancia en la que, gracias quizá al dominio original de los jesuitas, se había mantenido durante tanto tiempo la única región latinoamericana en la que los indios se opusieron eficazmente al establecimiento de los blancos

(La era del capital, Hobsbawm,1975).

Esta lectura del historiador inglés se hurta –que ve la historia como juego de fuerzas abstractas, las fuerzas económicas, el capitalismo, etc.- a esa otra tan cacareada, al de la historia de los grandes (malvados o geniales) hombres, la historia heroica de Carlyle, que hoy nos propina por ej. Sebag Montefiore, quien en su libro Los más malvados hombres y mujeres de la historia (2009) compara al Mariscal López con Hitler (y a Madame Lynch no con Eva Braun –figura gris y descerebrada- sino con Julia Agripina, en la línea de Guido Rodríguez).

El libro de la estrella televisiva inglesa a su vez nos recuerda al póstumo del ensayista Papini: Juicio Universal, donde un todopoderoso dios de la humanidad moral, es decir, Papini, interpela sádicamente a los grandes (y no tan grandes como el anarka Stirner o el hedonista Yang Chu) de la historia, en un mejunje divertido pero con olor a proceso moralista.

Que ningún pequeño rincón del mundo, parafraseando a la canción cinquentera, quede fuera de la órbita de la economía dominante, en suma, es lo que nos dice Hobsbawm. El martirologio de López entonces no fue por la patria (aunque la noción patriótica auténtica, la conciencia de Paraguay como entidad bien delimitada surgió a partir de él) sino por una forma de  economía ya para 1866 considerada anacrónica, aislacionista, egoísta, poco agresiva, de escasa efecto colateral, es decir, una economía casi salvaje casi ecológica.

Imagen: Tapa del libro de Sebag Montefiore, Los más malvados hombres y mujeres de la historia (2009).

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