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martes, abril 23, 2024

Suecia: estrategia de «inmunidad de rebaño» no funciona

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Un grupo de científicos suecos analizaron la evolución de la pandemia en su país -donde hasta ahora no hubo confinamiento sino medidas aisladas y protocolos sugeridos- y advirtieron que la tasa de mortalidad es altísima si se la compara con países similares que sí tomaron la decisión de imponer la cuarentena.

«En Suecia, la estrategia [de lograr la llamada «inmunidad de rebaño»] ha conducido a la muerte, el dolor y el sufrimiento, y lo que es peor, ni siquiera hay evidencias de que la economía sueca esté mejor que la de otros países. Por el momento, somos un ejemplo mundial de cómo no se debe lidiar con enfermedades infecciosas tan mortales«.

Este mensaje lapidario forma parte de un artículo que 25 científicos de origen sueco (especialistas en infectología, análisis de datos, química, virología, medicina respiratoria, sanitaristas, entre otras) que decidieron firmar para mostrar su rechazo a la estrategia que la Agencia Sueca de Salud Pública (equivalente a su Ministerio de Salud) está llevando adelante para hacer frente al coronavirus.

El artículo, publicado en el dario USA Today (el de mayor tirada nacional en los Estados Unidos), busca impugnar a la llamada «estrategia de la inmunidad de rebaño» que es la que tomó el país escandinavo desde que estalló la pandemia dentro de sus fronteras.

El científico del prestigioso Instituto Pasteur, Gonzalo Moratorio, compartió este 22 de julio la noticia en sus redes sociales.

La estrategia de inmunidad de rebaño se basa en el principio de que si una población está suficientemente inmunizada, los virus no circulan, pero está condicionada por la posibilidad de que el organismo efectivamente genere anticuerpos contra un patógeno.

La inmunidad de rebaño -o de grupo- no ve como algo negativo que aumenten los contagios, al contrario, que haya más infectados significará que en poco tiempo habrá -supuestamente- más curados, es decir, más personas con anticuerpos. De esta manera, una vez logrado un alto porcentaje de la población con anticuerpos, el virus desaparecería, al no encontrar más organismos donde reproducirse.

El problema es que, en el caso del virus SARS-COV-2, no existe información fehaciente que asegure que las personas que se curan de Covid-19 desarrollen anticuerpos que los protejan de nuevos contagios y, aunque así fuera, tampoco se sabe cuánto podría durar esa defensa inmunológica.

Es por eso que, desde el comienzo, la decisión de Suecia fue muy arriesgada y solo unos pocos países decidieron aplicarla. Uno de ellos fue el Reino Unido, que luego de que se dispararan descontroladamente los casos dio marcha atrás y fue al confinamiento total. Lamentablemente, la demora en aplicar medidas drásticas dejó un saldo trágico en Gran Bretaña: es el 3er país con más decesos en mundo, pues ya lamentan más de 45 mil muertos.

Sin embargo, casos como el británico no modificaron la actitud de las autoridades suecas, quienes permanecen firmes en su decisión.

En Suecia nunca hubo una cuarentena estricta, el uso de mascarilla no es obligatorio sino voluntario, los niños continuaron asistiendo a clases y hasta se estimulaba a los que convivían con pacientes con Covid-19 que concurran a sus trabajos. Aun así, la inmunidad total estimada estadísticamente es menor al 10% de la población y la tasa de mortalidad es 4,5 veces más importante que la de los otros 4 países nórdicos combinados (Dinamarca, Finlandia, Noruega e Islandia).

Aunque en el artículo de USA Today los firmantes aclaran que la estrategia de su país no es explícita (porque en ningún momento se afirmó que la inmunidad de grupo sea el objetivo buscado por las autoridades sanitarias, las medidas tomadas, además de ciertos comentarios de funcionarios, dan lugar a pensar que sí se trata de un objetivo secreto.

En todo el planeta, militantes «anticuarentena» utilizan el supuesto exitoso ejemplo sueco para exigirles a sus autoridades que flexibilicen confinamientos, más que nada por sus efectos económicos. Por eso, estos 25 científicos (de los cuales, la mayoría trabaja en las mejores universidades de Europa) quieren terminar con el mito de que se puede lidiar con la pandemia de coronavirus sin reducir algunas libertades ciudadanas.

El propio jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia, Anders Tegnell, admitió que la situación en su país es «terrible», si bien se negó aceptar que su estrategia haya fracasado. Tegnell suponía que su modelo era el adecuado porque, a diferencia de países como Italia (donde varias generaciones conviven en un mismo hogar), habitacionalmente los suecos están más segregados por edad. Aun así, sostuvo, «la cifra de muertos subió de forma dramática».

Sin embargo, aunque hacen autocrítica,  las autoridades suecas siguen defendiendo su accionar y creen que el tiempo les dará la razón, incluso si -como demuestran encuestas recientes- la sociedad cada vez los apoya menos.

Enlace para acceder al artículo firmado por 25 científicos suecos:
ttps://www.usatoday.com/story/opinion/2020/07/21/coronavirus-swedish-herd-immunity-drove-up-death-toll-column/5472100002/

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