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jueves, marzo 28, 2024

Creydt lector halagüeño del Dr. Francia y los López

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A través de un texto del historiador brasileño Mário Maestri, Paranaländer recupera la visión de Óscar Creydt sobre el Dr. Francia.

Por: Paranaländer

Leyendo al historiador brasileño Mário Maestri, La singularidad del estado francista, he extractado partes de sus interesantes perspectivas sobre un Creydt lector de Francia.

Oscar Creydt vio en las misiones guaraníes un “tipo superior de explotación feudal”, al servicio del absolutismo español, de productividades “muy superiores a la economía colonial del Paraguay”, buscando “un sobreproducto considerable”.

Las misiones jesuitas se convirtieron en “la principal labor del desarrollo económico de Paraguay”.

La lucha iniciada, en 1719, por las clases patrias de Asunción, por el control de los misioneros “indios guaraníes”, para reducirlos a trabajos serviles, constituiría la “primera auténtica revolución democrática en América Latina”. De la reducción a la servidumbre del misionero nacería una sociedad democrática.

Registra la realización del primer congreso revolucionario, en junio de 1811, con tres grandes partidos en disputa: el de la independencia absoluta, que aceptó una eventual federación igualitaria con Buenos Aires; el porteñista, constituido por los comerciantes de Asunción, favorable al mantenimiento de la estructura colonial y la dependencia de Buenos Aires, con reformas liberales; el español, inclinado a volver al antiguo orden.

Inspirado en Rousseau y como lejana repercusión de la Revolución Francesa, el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia capitaneó el partido de la “absoluta independencia nacional”, interpretando el “modo de pensar y sentir de la burguesía nacional y de los campesinos libres”.

Creydt define a los delegados del campo como “dueños de grandes chacras, pequeños y medianos criadores, exploradores de yerba mate, comerciantes de villas y pueblos, funcionarios locales, curas populares”, verdadera “categoría social intermedia entre la aristocracia de los grandes terratenientes y ellos campesinos pobres”. Una especie de Tercer Estado o “burguesía rural incipiente” que, en la lectura del autor, reemplazaría a la burguesía comercial y pastoril contrarrevolucionaria. Caracterización social de los delegados diferente a la propuesta por Richard Alan A White, que apunta a un origen mucho más plebeyo para los delegados.

Oscar Creydt presenta la conspiración de Caballeros, Yegros y Cabañas como un intento de «golpe termidoriano», ganado por el Dr. Francia, líder jacobino, lector de Rousseau, Voltaire y Raynal, a través de una dictadura nacional revolucionaria que consolida la plena independencia, deseada por el “Campesinos”.

Sobre la dictadura, propone que la “dispersión y variedad de sectores” que componían su “incipiente burguesía rural” le impidió ejercer la “dictadura per se misma”, a través de un “parlamento revolucionario”, delegando de ahí su poder para un intelectual.

Oscar Creydt recuerda que las demandas de libre comercio de la “burguesía paraguaya” no se cumplieron solo por el deseo de la oligarquía comercial de Buenos Aires de someter la provincia. El desconocimiento del tratado de confederación de 1811 por parte de Buenos Aires habría llevado a la pérdida de la base social del partido porteñista, al fortalecimiento de los campesinos ya la propuesta de “instaurar la dictadura” como “protección permanente de la soberanía nacional y sus intereses. clase [de los campesinos] ”.

El francismo fue una organización estatal que había hecho lo necesario para “desarrollar las fortalezas productivas de un país muy atrasado en su desarrollo capitalista” [sic], “a pesar de las limitaciones al comercio exterior”.

Por el contrario, señaló que el “grupo social pero desarrollado desde el punto de vista del capitalismo”, los “comerciantes exportadores de Asunción”, subordinaban la “causa de la independencia nacional a su interés inmediato”, luchando “contra el estado nacional agitando ideas liberales «.

Ve en la dictadura francista un gobierno de «tipo patriarcal», una especie de superestructura política que expresa el «carácter retardado del modo de producción existente». Un modo de producción dominante que nunca se define clara y explícitamente como campesino.

Creydt registra la discontinuidad entre la época y el programa francés y lopista, definiéndolo como un carácter mercantil y burgués. Debido a su esquema arbitrario de independencia nacional revolucionaria liderado por la “burguesía naciente” paraguaya, ve la inflexión de los dos gobiernos lopistas, en relación al francés, solo como un cambio de grado y no de calidad. Como hemos visto, inicialmente había apuntado a una consecuente continuidad a lo largo del período del Paraguay Independiente, hasta la victoria de la alianza de 1870.

No hubo un “proceso de proletarización en masa”, efectivo solo después de 1870, especialmente durante el proceso de privatización de tierras públicas.

Creydt define el período lopista como “una dictadura de la burguesía nacional en formación”, con un sentido progresista, principal fuente de acumulación de capital, que buscaba colocar a “Paraguay en la vanguardia entre Los países de América Latina en lo que se refiere a la aplicación del progreso técnico europeo (ferrocarril, telégrafo) y la fundación de las primeras bases para una industria siderúrgica y metalúrgica”.

La larga duración de la guerra desigual se habría debido principalmente a la indiscutible “superioridad del Estado nacional” Paraguay. Superioridad expresada en la defensa incondicional de la “independencia nacional” por parte de los campesinos paraguayos, “por su chacra y su casa desde hace tres siglos”, realidad ampliada y consolidada durante la “revolución independentista bajo la dictadura revolucionaria del doctor Francia”. Superioridad social relativa sobre el Imperio, un estado esclavista no nacional.

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