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jueves, marzo 28, 2024

Filosofía amerindia, sudaka, monstruosa ¡por fin!

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Paranaländer comenta el libro Extramundanidade e sobrenatureza. Ensaios de ontologia infundamental de Marco Antonio Valentim. Afirma que es una obra amerindia, lejos del didactismo acrítico y el simple comentario de la filosofía europea.

Por: Paranaländer

¿Un hombre escrito piensa?

Leminski

Sabemos pocas cosas ciertas en este mundo autocomplaciente del relativismo telemático que moramos, entre ellas, que la filosofía no ha prendido nunca en tierras sudamericanas, salvo excepciones como el caso del outsider colombiano Gómez Dávila, el resto se dedica a una especie de didactismo acrítico y meramente difusorio de ideas que se cuajan en París, Londres o en Berkeley. Esto era así, al menos para este columnista, hasta que este fin de semana ha caído bajo mis ojos obnubilados esta maravilla brasilera, verdadera monstruosidad escrita, letrada: Extramundanidade e sobrenatureza. Ensaios de ontologia infundamental, Marco Antonio Valentim © Cultura e Barbárie, 2018

El libro reposa sobre tres bloques conceptuales bien precisos y claros: Heidegger, Deleuze y Viveros de Castro. La parte que me ha llamado la atención ha sido, sobre todo, la del bloque digamos antropológico, amerindio, que hace un uso profuso y catacrético de ideas de Viveros de Castro, Levi-Strauss, la del chamán-filósofo yanomami Davi Kopenawa, incluso la antropofagia de Oswald de Andrade, las del Leminski de Catatau y, por último, del cataclísmico Nimuendaju.

El mbae megua es reinterpretado a la luz negra de esa nueva noción de nuestros (apocalípticos) tiempos, el Antropoceno. De Kopenawa saca la noción de la identidad flotante, querer ser blanco, colonialista, siendo aún siempre indio, colonizado. Del “todo es devorar” de Oswald pasa a las metafísicas caníbales, donde el devorado se apodera del espíritu del devorante… Os dejo un par de fragmentos para hacerse una idea de este banquete ambrosiaco, verdadera filosofía otra, brotado de tierras hasta hoy conceptualizadas de marginales, extra filosóficas.

«Para revisar la historia de la filosofía occidental desde la diferencia entre los «hemisferios antagónicos» del mesianismo y la antropofagia, la tesis académica de Oswald de Andrade (1990: 101-147) sigue siendo, junto con la «novela-idea» de Leminski, un paradigma nunca perfilado por la conciencia filosófica de la Francia Antártica».

«La conflagración, el derrumbe de la tierra, la inundación, la caída de las tinieblas y la llegada del Jaguar Azul son denominados mbaé meguá por los chamanes. Montoya traduce mbaé meguá por «felicidad». Para los Apapocúva, este término tiene el significado exactamente opuesto, de «desgracia», «desgracia». Mbaé significa «cosa», con la connotación de fantástico y misterioso; meguá conserva el doble significado de “jugar” (bromas) y “estropear”; ijurú meguá – “tuerce la boca (de una manera divertida)”; chejy imeguá – “mi hacha está estropeada” […]  La idea de mbaé meguá ocupa ostensiblemente el espíritu de los indios […] Es difícil hacer un baile de pajelança sin mencionar el mbaé meguá – esto cuando él mismo no es la principal motivación […] -«.

«Cuando pienso en mbaé meguá, hijo mío, Tenía muchas ganas de dejarlo todo, incluso quitarme la ropa, solo tomar mi maraca, y cantar, cantar”- así concluyó Joguyroquy una vez un discurso que me había dado sobre el inminente fin del mundo». (Nimuendaju).

«Entropía y creación se tornan indiscernibles. Mbaé meguá«.

«Pierri (2013) interpretó narrativas guaraní-mbya contemporáneas como operadoras de una transformación estructural de la escatología apapocúva descrita por Nimuendaju, transformación especialmente marcada por la inclusión de la agencia destructiva de los blancos en la condición de principal motivo antrópico para el designio catastrófico de Nhanderu (la “limpieza de la tierra”)».

Marco Antonio Valentim es el fundador, coordinador y mayor agitador del indisciplinar e indisciplinado grupo de antropología especulativa de la editorial Cultura e Barbárie, cuya investigación es la que lleva más allá la propuesta de encontrar extraña, en contacto con los Otros, la imagen de nuestra especie, de nuestras figuras del pensamiento, convirtiendo la antropología especulativa en espectrología comparada y ciencias del hombre en ciencias inhumanas, en conocimiento monstruoso (sobre el monstruo y del monstruo).

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